Cada vez que te amo by Noa Alférez

autor:Noa Alférez [Alférez, Noa]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-09-28T00:00:00+00:00

Capítulo 16

—No sé si esto será buena idea. —⁠Leonard se frotó la mandíbula observando a Casandra. Estaba preciosa con ese sencillo vestido de color amarillo claro que resaltaba el tono tostado que estaba adquiriendo su piel, posiblemente por los paseos diarios hasta su casa, y deseó poder contar las pequeñas pecas que adornaban su nariz y que la hacían parecer aún más adorable. ¿Adorable? ¿En qué momento Casandra Butler había dejado de ser una bruja insoportable para merecerse el calificativo de «adorable»? Estaba perdiendo el juicio, sin duda.

—Cada vez que dudo a la hora de tomar una decisión pienso una cosa: ¿qué puedo perder? Dígame, Craven. ¿Qué podemos perder? Y lo que es más importante, ¿qué podemos ganar?

Leonard acarició a la yegua plateada entre los ojos y esta cabeceó en respuesta con suavidad.

—La echas de menos, ¿verdad, amiga? Yo también —⁠susurró cerca del oído del animal con tono cómplice.

Casandra sintió que sus ojos ardían y que un centenar de mariposas revoloteaban en su estómago. Leonard Craven era un cretino, un vividor y un impresentable en casi todos los aspectos de su vida, además de un déspota, soberbio e impertinente. Pero también era un hombre que se preocupaba por los suyos, incluso por ella, y podía intuir que era más sensible de lo que quería aparentar. Puede que el fondo de Leonard no fuese tan oscuro después de todo e incluso había empezado a sospechar que su carácter cínico no fuese más que una fachada con la que querer ocultar que también era vulnerable a su manera.

—Está bien —dijo Leonard tras exhalar un profundo suspiro⁠—. Espero que sus experimentos no minen más su estado de ánimo. Mostrarle lo que ya no puede hacer puede hundirla más en su encierro.

—Se sorprendería de lo que el ser humano es capaz de hacer. Se llama «supervivencia».

Casandra giró sobre sí misma y se marchó a hacer su trabajo, dejando una estela de suave perfume que llegó a los sentidos de Leonard como una bofetada.

Necesitaba alejarse de ese hombre con más fuerza que nunca, estar cerca de él suponía revivir una y otra vez el beso que compartieron, lo que la había hecho sentir, y lo que era peor aún, el anhelo que había despertado en ella. No podía dejar de mirar las manos de Leo e imaginar cómo sería sentirlas sobre su piel en una caricia lenta, y se había sorprendido mirando extasiada el movimiento de sus labios mientras le hablaba. Sacudió la cabeza para deshacerse de esos pensamientos tórridos y concentrarse en lo importante, ayudar a Allison en su recuperación y rezar para que se produjese cuanto antes para volver a su cómoda rutina.

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